Este pesto se hace en base a tomate seco, un ingrediente disponible todo el año y perfecto para hacer esta pasta untuosa y de sabor intenso. Perfecta para acompañar pastas, darle un toque gourmet a un sánguche o usar como dip para un picoteo.

Tomates secos

En esta receta recomiendo usar tomates secos (no en aceite) porque se pueden comprar a granel (puedes revisar si hay locales cerca tuyo haciendo click aquí) y es más económico. Incluso, en verano puedes preparar tus tomates secos en caso de tener una deshidratadora.

Frutos secos

El pesto clásico de albahaca se hace con estos piñones (típicos de europa), pero se puede usar prácticamente cualquier fruto seco o semillas. ¿Cambiará la receta? Sí, ya que cada fruto seco o semilla tiene un sabor y textura característica. Se sentirá más arenoso el resultado si se usan semillas de zapallo, avellanas o almendras. Por otro lado, será más cremoso el resultado con castañas de cajú o semillas de maravilla (girasol). De todos modos les recomiendo que hidraten por un par de horas el fruto seco o semilla que elijan.

Aceite de oliva

Al menos en Chile, el aceite de oliva está casi al mismo precio que el de maravilla o canola. Por lo que les recomiendo un aceite de oliva extra virgen prensado en frío. La variedad depende del que les guste, algunos son más amargos o «picosos» que otros.

Agua caliente

Si bien consumir aceite de oliva es saludable, debe ser en cantidades pequeñas. Por ello les recomiendo usar agua hirviendo para ayudar a aligerar la mezcla sin usar demasiado aceite.

Conservación del pesto

Para guardar el pesto se puede hacer de dos formas:

1. Refrigerado: En un frasco de vidrio, agregar el pesto y cubrir con una pequeña capa de aceite de oliva para evitar que esté en contacto con el oxígeno. Puede durar una semana refrigerado de esta manera (aprox).
2. Congelar: puede ser en un solo frasco o en una cubetera de hielo y luego pasar a una bolsa hermética tipo Ziploc, de este modo puedes sacar solo aquellas porciones que necesites.